Pablo Palazuelo


Madrid, 1915 - Galapagar 2007

Pablo Palazuelo, pintor, escultor y grabador, es uno de los artistas con una trayectoria más significativa dentro de la Abstracción española. Nace en Madrid el 8 de octubre de 1915.

Empieza sus estudios de arquitectura en Madrid en 1933, y las prosigue en Oxford. Del 36 al 39 cumple su servicio militar. Tras la guerra se dedica exclusivamente a la pintura y en el 45 empieza a exponer. En el 47 recibe clases de Daniel Vásquez Díaz.

A partir del 48 empieza su deriva hacia la abstracción, muy influenciado por los trabajos de Paul Klee. Becado por el Gobierno francés, se traslada a París y allí coincide con otros artistas españoles, entablando amistad con Eduardo Chillida.

En 1949 comienza su relación con la Galería Maeght, entrando en la nómina de esta prestigiosa galería —una de las más importantes del mundo— donde expondrá de manera continuada hasta los años 80. En 1954 expone su primera escultura en bronce en Berna.

1955 destaca en su biografía como el año en que celebra su primera exposición individual en la Galería Maeght y es invitado a participar en el Certamen Carnegie de Pittsburg.
Colabora con diversos números de la revista de artes “Derrière le Miroir”. En 1961 retoma la escultura.

A partir de 1963 vuelve a España pero sin fijar todavía su residencia en este país, sigue exponiendo con la Maeght y participa con una obra suya en la fundación que abre esta galería en Saint-Paul de Vence.

Participa en una exposición colectiva en la sala Juana Mordó de Madrid en 1964 y continúa enviando obras a los certámenes del Carnegie Institute of Art de Pittsburg donde son premiados Saura y Chillida.

Se instala en una casa familiar en Galapagar en 1969 pero no será hasta 1973 que se celebre una exposición individual suya en España. Durante todos estos años sigue exponiendo tanto en Francia como en Suiza, EEUU, etc...

Adquiere un castillo en el pueblo extremeño de Monroy donde establece temporalmente su taller. Una de sus obras se expone en la famosa exposición “Arte de nuestro tiempo” de la galería Theo de Madrid dirigida por Fernando Mignoni y Elvira Gonzalez, galería que le apoyará hasta 1991 cuando empezará a exponer con Soledad Lorenzo.

Una de sus esculturas inaugura el Museo de Escultura abstracta al Aire Libre en el Paseo de la Castellana de Madrid. En 1981 le otorgan la Medalla de Oro de Bellas Artes. Durante todos estos años su actividad escultórica seguirá muy activa, recibiendo numerosos premios.

En 1995 tiene lugar una gran retrospectiva de su obra en el Reina Sofía de Madrid, y en el 2005 se realizará ahí también una exposición presentando su trabajo de la última década.

En el 2006 se organiza otra exposición retrospectiva esta vez en el Macba de Barcelona, que viajará posteriormente al Guggenheim y al Museo de Sao Paulo.

Pablo Palazuelo fallece en el 2007 en su residencia de Galapagar a la edad de 91 años.

En el trabajo de Pablo Palazuelo se pueden diferenciar dos grandes momentos, marcados por su estancia en París (durante más de dos décadas) y por su regreso a España. El hecho de que se instalara en la capital francesa a finales de los años cuarenta, y que muy pronto se vinculara a la Galería Maeght de esa ciudad, fue determinante en la proyección de su trabajo. A los pocos años de comenzar a pintar, la obra de Palazuelo estaba presente internacionalmente en exposiciones no sólo del arte español del momento, sino también en muestras temáticas que abordaban la abstracción desde diferentes perspectivas. Muy pronto su obra fue incorporada a colecciones de particulares y de museos europeos y americanos.

La obra de Palazuelo sobre todo es fruto de una concepción dominante de la abstracción excesivamente lineal, que arranca con las experiencias postimpresionistas en el tránsito hacia el siglo XX y que en los años sesenta logra sus últimas consecuencias con el minimalismo.

Impulsor de la abstracción geométrica, el trabajo de Palazuelo alcanza un enorme valor en el campo del grabado, con una producción artística magnífica que goza de un gran reconocimiento. Su carpeta Lunariae –editada en 1972 para la galería Maeght- y compuesta por ocho grabados en un poderoso blanco y negro, acompañados por los poemas de Max Holzer, está considerada como uno de los trabajos más relevantes de la obra gráfica de toda su generación.

Obras Expuestas

  • “De somnis segundo tiempo”, gouache sobre papel Arches, 2001.
  • “Serie Lunaria”, aguatinta, 1972.

En esta serie de grabados al aguatinta editada en 1972 Palazuelo da buena muestra de la geometría que le caracteriza: viva y en perpetua transformación. El artista indaga en la materia como si quisiera acceder al orden oculto de la naturaleza, utiliza su talento para penetrar y conocer, pero no de forma fría y meticulosa, sino que su obra tiene la calidez de lo orgánico y la elegancia de lo pétreo, es misteriosa a veces, pero coherente y armoniosa, incluso en su complejidad.
Palazuelo decía “No hablemos de cuadros sino de ideas”. Su búsqueda no ha sido solamente estética. Se nutre de una concepción filosófica del mundo, de un mundo que explora a lo largo de toda su obra, como si quisiera acceder a las estructuras ocultas pero intuidas de la vida, como si quisiera exponer una íntima comprensión visionaria de la creación.
“La energía es forma y fuente de formas que con- forman el universo. Las formas de la vida nacen de otras vidas, viven y mueren en otras vidas. Nada es total y definitivo en el universo viviente y sin fin”.