Rodearte de naturaleza, mezclada con historia, etnología y patrimonio es la mejor forma de conocer el corazón de Alaior. La diversidad paisajística, que esconde barrancos, terrenos ganaderos y poblados prehistóricos, se aprecia en las rutas senderistas, aptas para la gran mayoría de público por su bajo grado de dificultad. Tómatelo como un paseo, más que como una ruta. ¡Y mira Alaior con ojos de menorquín!