Es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Así que su puesta a punto para convertirse en uno de los referentes culturales más importantes, debía hacerse a conciencia. Desde hace unas semanas, el Centre Cultural Convent de Sant Diego ha abierto sus puertas al gran público, mostrando, además de la espectacular arquitectura, una parte de la historia y la vida de Menorca. Desde las salas reservadas a la etnología de la isla, hasta la muestra de fabricación de calzado, un sector íntimamente ligado a Alaior. Pero esta joya cultural tiene mucho más para ofrecer.
El nuevo Centro Cultural
Han sido años los que se han invertido en la restauración de un edificio que, ya de por sí, es uno de los más espectaculares de Alaior. Un convento en el que, además, se guardaban celosamente una colección de grisallas de carácter religioso, y de gran belleza, que se han restaurado durante los últimos años.
Aprovechando la estructura del convento, la musealización del espacio se ha dividido en cuatro espacios. En el patio de Sa Lluna, a pie de calle, se realizaran actividades culturales y se montarán exposiciones temporales, siendo el espacio más dinámico del edificio. En la zona de entreplantas, se ha habilitado un espacio para convenciones. Mientras que las exposiciones permanentes se pueden ver en la primera planta. Cabe destacar la colección “L’essència de Menorca”, una muestra de la etnología de Menorca que consta de parte de la colección Llambies, adquirida por el consistorio. El guiño al Alaior industrial está en la segunda muestra de este espacio, “El calçat a Menorca: de l’artesania a la indústria”, que recorre la historia de la fabricación de calzado en la isla.
La segunda planta del edificio se ha reservado a otra gran característica de la cultura de la isla: la gastronomía. Así se ha desvelado el Centre de Cultura Gastronòmica, que cuenta con una cocina laboratorio y una cocina para demostraciones, además de una pequeña exposición y espacios dedicados a la formación. Todo un guiño a esta parte cultural de nuestra isla, que este año es sede de la Región Europea de la Gastronomía.
En la planta baja se esconde una sorpresa que no dejará indiferente a nadie. Se trata de la joya del edificio, un aljibe de grandísimas dimensiones que fue descubierto por los trabajadores que realizaban las obras de rehabilitación.
La importancia histórica del edificio y su camino hacia el uso cultural
El edificio del nuevo Centro Cultural Convent de Sant Diego es una de las piezas clave en la arquitectura histórica de la ciudad. Las obras se iniciaron en el año 1623 cuando, tras el asalto turco a Menorca (1558), la población comienza a recuperarse y se autoriza la construcción de un convento franciscano bajo la advocación de San Diego. Sin embargo, dos siglos más tarde, y con las desamortizaciones de Mendizábal, el convento deja su función religiosa y se convierte en un edificio de uso civil hasta 1998. Durante este tiempo, el convento fue utilizado como vivienda para militares, como matadero e, incluso, se arman pequeños talleres de fabricación de bisutería y calzado. En 1993, el Govern de les Illes Balears declara el conjunto arquitectónico como Bien de Interés Cultural.
Conscientes del valor histórico que representa para la ciudad, Alaior reclama un uso cultural del espacio a finales del siglo pasado, tras tiempo utilizando sus instalaciones para fines culturales. En 2007, el Govern de les Illes Balears, el Consell Insular de Menorca y el Ayuntamiento de Alaior firman un acuerdo para recuperar el edificio -incluida la colección de grisallas- y adecuarlo para su uso cultural. Una realidad que, en 2022, está a la vista del público menorquín y también para el visitante.